Me preguntan estos días porque están desapareciendo las alelías (Narcissus fernandesii) de nuestra dehesa. Antes el arroyo estaba lleno, y hoy en día se ven pocas manchas repartidas en zonas diseminadas entre las formaciones pizarrosas.
Al igual que incido en otras plantas (principalmente las orquídeas), las alelías o narcisos desaparecen porque no somos conscientes de que las plantas silvestres deben estar en su hábitat natural. Cada año en el mismo sito que nacen, varias personas se dedican a arrancar la planta en flor intentándose llevar también el bulbo para sembrarla en casa.
Esto no debe hacerse, ya que allí no van a crecer, además ese bulbo que se encuentra incrustado entre las piedras no volverá a crear una planta nueva. Por este motivo desaparecen cada año miles de alelías (narcisos) que dejaran de teñir de color el ecosistema de la dehesa y nos privaran de su olor perfumado y agradable.
En nuestra memoria quedará “El Valle de Las Alelías” como un fugaz recuerdo del pasado.
Las imágenes nos muestran parte de lo que os digo, ejemplares arrancados año tras año y la mancha amarilla y perfumada de las flores de las alelías (Narcisos) cada vez más pequeña y reducida.
Antiguamente se cogían muchas alelías para perfumar y decorar las casas y para engalanar los sombreros de los mozos, pero antes no había el problema que tenemos actualmente. Ahora lo hacemos sabiendo que esto acabara en poco tiempo con muchas especies, pero parece importarnos poco. Seamos responsables con nuestro entorno.
Parque Periurbano de Conservación y Ocio Dehesa Boyal de Montehermoso
Conocer, valorar, conservar