Para todas mis amigas y amigos:
Comienza un nuevo año y empiezo de nuevo explorando, investigando, divulgando, defendiendo y promocionando el patrimonio natural y cultural de Montehermoso.
Como siempre, yo no pido nada para mí, porque creo que somos nosotros los que tenemos que ofrecer y aportar algo a la sociedad. Debemos dar lo mejor de nosotros mismos, ser solidarios, compartir nuestra vida, nuestros conocimientos y ser generosos. Esto nos enriquece como personas y hace que el mundo sea un lugar mejor para vivir.
La gente que vive de forma desinteresada y que disfruta de los pequeños momentos que nos ofrece la vida, es más feliz que aquella que solo piensa en bienes materiales. De que sirve tener muchos lujos y riquezas, si no tienes el calor y el cariño diario de tu familia o amigos.
Es vivir la vida con sentido, con el amor que nace en uno mismo. Con amabilidad, creatividad, entusiasmo, esperanza, generosidad, gratitud, honestidad, humildad, interés, lealtad, solidaridad, pasión, perseverancia y valentía.
Se trata de luchar y trabajar por aquello en lo que estamos completamente comprometidos y poner todo nuestro empeño y fuerza en ello.
A lo largo de nuestra vida podemos realizar importantes acciones que contribuyen a la mejora del entorno donde vivimos, de nuestra ciudad, pueblo o barrio. De nuestros bosques, montañas, campos y dehesas. Hay que transformar la sociedad a través del respeto a nuestro patrimonio, a nuestra naturaleza y a nuestros ciudadanos. Es cambiar nuestra actitud hacia la vida y nuestra forma de vivir y pensar, para hacer un mundo más feliz, justo y solidario que a la vez contribuya a preservar los valores del ser humano.
En estos días he recibido cientos me mensajes por mi silencio en redes sociales. Estad tranquilos, ello es debido a que me hallo inmerso en la divulgación del patrimonio cultural y natural de Montehermoso y para ello dedico mucho tiempo y esfuerzo a esta labor que necesita además de mucho trabajo y perseverancia.
Por otra parte, creo que tenemos que recuperar el valor de las ideas, de la creatividad, de las iniciativas, de la historia y de las personas que trabajan diariamente en la conservación de nuestro patrimonio, para que esta labor perdure en el tiempo y que sirva para dar a conocer a las próximas generaciones lo mejor de nuestra cultura en los años venideros.
También porque creo que hay que estar más pendiente del mundo real que del virtual, hay personas que están permanentemente conectadas y eso puede volverse adictivo y peligroso. En ocasiones merecemos un tiempo en silencio, reflexionar y conectar con nosotros mismos para vivir experiencias auténticas y reales.
La tecnología evoluciona muy rápido y la información pasa muy deprisa, solo los valores que nos identifican como humanos permanecerán en el tiempo. Hemos pasado en muy poco tiempo del “homo sapiens” al “homo connectus” al estar continuamente hiperconectados y alejarnos del mundo real, en una identidad virtual que en muchas ocasiones nada tiene que ver con nuestra propia realidad o identidad real.
Para terminar, solo deciros que he terminado el año divulgando y poniendo en valor la cultura tradicional, la historia, y los espacios naturales protegidos de Montehermoso, el Parque Periurbano de Conservación y Ocio Dehesa Boyal de Montehermoso y las Cuevas graníticas de Las Potras.
Y he comenzado el año con el mismo tesón y pasión en esta labor, también con mi ya tradicional paseo por nuestra dehesa, que en un día frío del 1 de enero de 2018 me obsequió con esta bella estampa de un bando de grullas que salió a recibirnos, haciéndonos ver un futuro con más esperanza y solidaridad hacia nuestro entorno.
Actúa, reflexiona y recuerda:
“La felicidad se compone de pequeños momentos y detalles vividos en el día a día”.
Salud y Amor para este nuevo año.