Para mis pequeños amigos del AMPA del Colegio Público Sebastián Martín
El
sábado 30 de noviembre de 2013 fue para mí un día muy especial, era el final de
una etapa del Programa de Educación Ambiental “El Aula Verde” con el que he
compartido vivencias y enseñanzas con mayores y pequeños a lo largo de estos
últimos 7 años. A falta de actualizar los datos de participantes, este proyecto
ilusionante sin más recursos que la imaginación y la fuerza de voluntad, a
llegado a superar los 10.000 participantes desde su andadura.
En este
día hemos dado por concluido una fase de este trabajo de voluntariado ambiental
con una jornada para El AMPA del Colegio Público Sebastián Martín de
Montehermoso. Visitando el Centro de Recuperación y Educación Ambiental “Los
Hornos” en Sierra de Fuentes para que los niños acompañados con sus padres vieran
la gran labor que se realiza en este centro y sean conscientes de la
importancia que tiene la conservación de la biodiversidad.
Por la
tarde hicimos una visita cultural a Galisteo (Descubre Nuestra Comarca). Se
trataba de conocer nuestros pueblos y su riqueza patrimonial, ya que no hace
falta viajar tan lejos para darnos cuenta del rico patrimonio histórico que
tenemos tan cercano.
Todo
empezó a las 9 de la mañana cuando comenzamos el viaje en autobús hasta Sierra
de Fuentes donde se halla el Centro de Recuperación y Educación Ambiental “Los
Hornos”. Al llegar fuimos recibidos por Carolina, con la que en días anteriores
había programado la visita. Hay que decir antes de nada que su amabilidad y
profesionalidad encantó a los niños y a sus padres.
Comenzó
a explicarnos lo que era el centro y la labor que allí se desarrollaba. A los
niños les decía si conocían algún animal doméstico a lo que un simpático niño
llamado Diego respondió “sí, un cocodrilo”. Luego nos enseño a Asu la lechuza
que fue cogida de su nido desde pequeña por un hombre hasta que los agentes del
medio natural la recuperaron y entregaron al centro. Más tarde nos enseñó
diversos huevos, el más grande de avestruz, también de buitre negro, avutarda,
cigüeña, búho, cernícalo y hasta de serpiente. Diego no paraba de levantar la
mano para hablar y apenas Carolina enseñaba un huevo él decía “ese es de
gallina”.
Llego el turno de las egagrópilas que son los restos de los alimentos que no son digeridos por algunas aves, especialmente las rapaces. Contienen piel, huesos y pelo. Además con ellas se puede estudiar el tipo de alimentación que llevan las aves. Diego seguía con lo suyo y volvía a levantar la mano “los más salvajes son los cocodrilos”. Carolina nos explicó como en algunas egagrópilas de cigüeña habían aparecido restos de bolsas y aquí también hice hincapié en no dejar nada de basura en el campo ya que puede ser ingerida por las aves: bolsas, papel de aluminio, colillas, anillas de refrescos y chicles.
Ahora
tocaba hacer la visita guiada por el centro, algo que encantó a todo el mundo.
Empezamos viendo al águila imperial que estaba junto con un águila real, un
águila calzada y un águila perdicera.
A
continuación vimos al águila culebrera, el milano real, el milano negro, una
calzada y un ratonero. En esto que vimos que los duendes del bosque nos
seguían, eran una pareja de corzas. Ante tanta emoción un niño exclamó “me
gustan todos los animales del reino”, las risas no faltaron ante este
momento.
En una
charca vimos una cigüeña y dos garzas reales, estas aves están muy adaptadas
con sus picos, cuello y patas largas para la pesca y captura de peces y
anfibios.
A pocos
metros dos águilas imperiales y dos alimoches, que son carroñeros como los
buitres y rompen los huevos que cogen con las piedras. El búho real nos dejo
impresionado con sus grandes ojos. Luego entramos en una zona donde observamos
como crían y reproducen al cernícalo primilla, esa rapaz pequeña que se cierne
en el aire con gracia buscando sus presas.
Luego
le tocó el turno a los mamíferos como la gineta, la nutria, el meloncillo y el
visón europeo que estaba allí debido a un programa de cría en cautividad.
El
buitre negro con su gran porte no dejaba de mirarnos cuando pasábamos a su
lado. Y llegamos a una zona donde estaban un alcotán, un elanio (Leo), un
cernícalo (Monigote) y una lechuza que había nacido sin ojos (Harry), a la cual
cogió Carolina y tocamos todos con mucho cariño. También cogió al cernícalo
monigote y este no paraba de chillar hasta que Carolina le dijo “Monigote,
cállate ya”. La cara de asombro de los niños al ver esto era increíble, no
salían de su asombro.
Un
cárabo intentaba camuflarse cerrando los ojos creyendo que así no lo veríamos y
el águila perdicera con sus poderosas garras nos miraba desafiante. Y ya
terminando vimos a Milagros un águila imperial de 30 Años que tenía una
enfermedad en el corazón y se cansaba mucho, por lo que tenía que parase de vez
en cuando a descansar. A su lado Ute que se había criado en el centro y
consideraba a las personas como de su especie.
La
visita finalizó con todos los participantes maravillados por lo que habíamos
visto y terminamos un poco más concienciados sobre el respeto y cariño hacia
los animales.
Después
de comer reanudamos la marcha en el autobús para acercarnos hasta la Villa de
Galisteo para hacer una visita cultural por el pueblo y la muralla acompañados
por un buen guía Sergio Sánchez que nos mostró la historia centenaria de este
pueblo de la Comarca del Valle del Alagón.
Comenzamos
la visita desde el Mirador de La Puerta del Rey para luego recorrer los
exteriores de la Muralla de Galisteo y ver las demás entradas como la Puerta de
Santa María, el Rollo o Picota que servía para ajusticiar a los reos que aquí
es conocido como "El Pericutin" y a cuyo lado tiene un sillín de
granito.
Luego
vimos la Puerta del Palacio con las ruinas del Castillo al fondo y su Torre o
Picota que servía para vigilar el paso del río Jerte. A continuación llegamos a
la Puerta de La Villa desde la que nos adentramos en la Plaza de España.
Algo que nos dejó realmente impresionados fue la Iglesia Nuestra Señora de la Asunción declarada Monumento Histórico-Artístico.
Y por último dimos un recorrido por la impresionante muralla que protegía esta ancestral villa.
No
faltó un merecido café y una charla distendida entre amigos, donde tuve la
suerte de volver a ver después de 12 años a Mayte, una compañera del curso de
Técnico de Información Turística que realizamos en Galisteo en el año 2001.
Mi más
sincero agradecimiento a Carolina y Sergio por su amable y entretenida visita
guiada.
A la
Junta Directiva, socios y socias del AMPA del Colegio Público Sebastián Martín
de Montehermoso por su apoyo y participación en estas actividades de Educación
Ambiental.
Y a los
más peques porque todo esto se ha hecho por ellos, solo pensando en su
bienestar y para poder lograr una mejor conciencia social.
Programa
de Educación Ambiental “El
Aula Verde” 2007/2013
Todas las fotos de la jornada en este enlace: