La primera parte de la jornada consistió en la explicación a los participantes del método de reforestación Nendo Dango ideado por Masanobu Fukuoka en los años 60 y que fue uno de los padres de la agricultura natural. Antes de empezar no falto por supuesto el aplauso de rigor para liberar buenas energías.
La propuesta fue muy didáctica y divertida para los participantes. La idea era que los niños junto a sus padres y madres adquieran conocimientos sobre la conservación del medio y que aprendieran a disfrutar de un día en la naturaleza. Con todo esto contamos que durante la actividad hubo varios alicientes de especial interés. El primero de ellos era precisamente la participación en familia, los niños con los padres colaborando en labores de voluntariado ambiental y aprendiendo a conservar el entorno.
Se trataba de hacer bolas o discos de arcilla, con semillas de diferentes especies de árboles y arbustos para esparcirlas sobre el terreno que previamente se había inspeccionado. Todo se hizo sobre terrenos despoblados, erosionados o degradados por la acción del hombre. Otro objetivo era que los niños interactuaran con los elementos, la tierra que con tanto mimo y cuidado preparamos y también la ilusión de verlos moldeando las bolitas y los discos. Parecían pequeños alfareros que querían convertir esas figuritas de arcilla en vida silvestre.
La emoción de ver como sus padres les ayudaban a recoger frutos y semillas silvestres para su posterior siembra. Las caras de asombro cuando aprendían a reconocer algunas especies de arbustos silvestres. La alegría desbordada al lanzar las bolas con las semillas. Esas caras de felicidad indicaban que habíamos cumplido nuestro objetivo y habíamos realizado una muy buena labor con los niños.
En la última parte de la jornada hubo un acto muy emotivo y simbólico que se produjo en el lugar en el que se instalaron 5 torretas metálicas que no tenían ninguna utilidad y que deslucían el entorno donde se hallaban. Allí donde antes había hierro y hormigón se sembró vida para que en el futuro crezca esperanza.
EL AULA VERDE
El Programa de Educación Ambiental “El Aula Verde”, está dirigido a promover unas medidas que conlleven a la mejora y conservación de nuestros espacios naturales que cuenta con un importante patrimonio histórico, artístico, etnográfico y medioambiental.
Con este programa se intenta que la naturaleza sea un aula abierta y una fuente de enseñanza para los participantes. Aprendiendo a valorar nuestros recursos naturales y conociendo la realidad de nuestro entorno, disfrutando además, de una de las zonas de mayor riqueza ornitológica del norte de Extremadura.
Se trata de transmitir emociones, despertar sensaciones, basándonos únicamente en la interpretación del paisaje. Promoviendo una educación en valores, un modelo respetuoso con el medio ambiente, una clase admirable de educación ambiental en el aula natural que nos ofrece el medio en que se desarrolla.
Espero que todo esto pueda ser de utilidad y sirva para enseñarnos además a respetar, defender y conservar nuestro patrimonio natural y la herencia que nos legaron nuestros antepasados, y que a través de estas jornadas y su campaña de sensibilización social, repercutan en una mejor formación y educación ambiental de todos los participantes de este programa educativo.