Descubriendo el paraje natural de Las Potras.

Descubriendo el paraje natural de Las Potras

Interpretación del paisaje y el patrimonio de Montehermoso

Una bonita experiencia que ocurrió en una de mis rutas de interpretación del paisaje y el patrimonio de Montehermoso. Va dedicada a un buen hombre que amaba y cuidaba un enebro en el paraje de Fuente Vieja y que tanto cariño tenía al paraje de Las Potras.

A lo largo de la historia de la tierra han sucedido numerosos cambios atribuibles a los procesos geológicos y modificaciones del clima, por eso hoy vamos a ser detectives de la naturaleza y descubrir los secretos y misterios de nuestro planeta, y la huella que dejaron los humanos en este espacio natural. 

Vamos a averiguar como se formó el paisaje que tenemos a nuestro alrededor, para ello nos situamos en un promontorio elevado que guarda celosamente el Enebro de Fuente Vieja, árbol singular desde donde divisamos las diferentes formaciones geológicas que aparecen a nuestra vista. 

Lo primero que hacemos es tener una impresión general sobre el paisaje que se presenta ante nuestros ojos. La sensación de paisaje tranquilo, de serenidad. Las texturas, colores y las diferentes formas que constituyen su relieve modelado por los enclaves graníticos y el cauce de la Rivera del Bronco, que hace que estas formaciones se conviertan en elementos singulares del paisaje.

¿Sabemos reconocer las diferentes formaciones geológicas que tenemos a nuestro alrededor? 

Fijando nuestra vista al oeste vemos una amplia franja cuarcítica que emerge en el horizonte desde el Alto de La Morisca y que atraviesa el arroyo de Aceituna para terminar en el espectacular paraje del Guijarro. Este berrocal rodeado de olivos es el guardián de los secretos de historias y leyendas de los antiguos pobladores de la zona. 

Ahora miramos al sur, los cultivos de olivos se encuentran entre formaciones pizarrosas que desaparecen en la vertiente sur del arroyo de Aceituna. Aquí aparece una zona de contacto con el granito y los olivos que dan paso a enormes extensiones de prados con matorrales y encinas dispersas. 

También observamos las tierras del cuaternario que ocupan la amplia vega del río Alagón y sus fértiles tierras con sus huertas y cultivos de regadío. 

Pero nuestra vista se vuelve al norte, donde las formaciones geológicas han hecho unas cuevas increíbles que son el motivo principal de nuestra visita. 

Y es que, antes de nada, debemos saber cómo se formaron hace millones de años estos enormes bolos graníticos que aparecen por el entorno con caprichosas formas y figuras. 

Aquí la tierra nos muestra toda su extraordinaria fuerza y poder, ya que estas rocas se formaron hace millones de años, cuando el magma que ascendía se enfriaba lentamente en el interior de la corteza terrestre. 

Y ahora miramos detenidamente y pensamos mirando al pasado y nos preguntamos. 

¿Cómo sería el paisaje hace miles de años? 

Si echamos la vista atrás, veríamos un paisaje muy agreste con abundantes berrocales inundados de maleza y árboles de ribera formando bosques extensos en todo el corredor fluvial. 

Nos imaginamos viviendo en la prehistoria. El hombre ha transformado parte del paisaje natural paulatinamente, con el fin de obtener alimento, abrigo, protección y así mejorar sus condiciones de vida. 

¿Cómo sería la vida en la prehistoria en este paraje rodeado de enormes bolos graníticos?

Las primeras ocupaciones humanas en la prehistoria podrían haber ocupado los abrigos rocosos y refugios naturales existentes en el entorno de Las Potras y haberlos utilizado como refugio en épocas lluviosas, y las cuevas subterráneas en verano para evitar las altas temperaturas, aprovechando el microclima existente en ellas.

A través del tiempo, los seres humanos se adaptaron al paisaje y también lo cambiaron de acuerdo a sus necesidades y su forma de vida. 

La huella humana se manifiesta por la presencia en la zona de multitud de vestigios arqueológicos y varias construcciones ganaderas, (asentamientos prehistóricos, dólmenes, restos de aldeas, chozos, casas de labranza, corrales, zahúrdas, apriscos, antiguas norias y sistemas de regadío tradicionales etc. 

Observamos multitud de rastros y huellas de enormes piedras graníticas trabajadas con enorme paciencia por los pastores, picándolas durante mucho tiempo para moldearlas y construir pilas para dar de comer y abrevar el ganado. 

Todo esto nos muestra la ocupación durante diferentes etapas históricas. Los restos encontrados, útiles líticos, molinos de mano, vasos cerámicos, y varias herramientas y utensilios para cazar que nos dan testimonio de la riqueza arqueológica del lugar.

¿Cómo sería la vida en el pasado más cercano hace unos 50 años, y cómo influido la vegetación en las modificaciones de este paisaje? 

Aquí incido en como el efecto de abandono del pastoreo tradicional ha cambiado el ecosistema en los últimos 50 años. 

Por lo que he podido averiguar, antiguamente todo el corredor fluvial y las zonas aledañas a Las Potras, La Jabalina, La Moheda, Fuente Vieja, La Zarza, El Rincón, Navalaguija, Valtravieso, estaban más limpias de matorral en la antigüedad, el pastoreo tradicional impedía el crecimiento de las formaciones arbustivas y de maleza, pero a causa de su desaparición han colonizado los prados contiguos y las laderas y pendientes de La Rivera del Bronco como parte del proceso de sucesión ecológica secundaria. 

Este cambio de aprovechamiento ganadero y del pastoreo tradicional ha trasformado por completo el paisaje.

¿Cómo se han producido los cambios naturales en el paisaje?

Sin que el hombre se dé cuenta, la propia naturaleza va cambiando el paisaje natural; esto se puede apreciar en la acción de las aguas que conforman la superficie terrestre; por ejemplo, los ríos permanentemente están arrastrando materiales desde las montañas hacia el mar. En este caso es la actuación del clima y la meteorología, que facilita que las aguas actúen como agente geológico y causante de las formas de erosión y depósito ligados a los cauces fluviales.

¿Cómo podría ser el paisaje en el futuro?

El paisaje como vemos es vivo, cambia y se transforma, los movimientos de las placas tectónicas y los terremotos podrían provocar que más bloques de piedra se desplacen, con ello se cubriría en gran parte el canal de la Rivera del Bronco en este punto y se formarían más cuevas y galerías en Las Potras. La maleza y los arbustos acabarían por inundar todo el entorno.

Los suelos 

Los suelos son pobres en nutrientes y se destinan principalmente a usos ganaderos. la orografía del terreno, unida a al abandono de los sistemas agrícolas tradicionales y del pastoreo tradicional (ganado caprino y merino) por las explotaciones de ganado vacuno, ha favorecido que empiecen a proliferar los matorrales y la vegetación sea más densa, formando enormes manchas vegetales que en ocasiones es imposible traspasar. 

La flora

La flora es rica y variada predominando grandes extensiones de zarzas, acompañadas de majuelos, piruétanos, rosales silvestres y enredaderas. Un pequeño bosque de almez domina por completo la zona, ya que esta especie aprovecha cualquier hueco o grieta en los bloques graníticos para poder crecer sin problema. Coronando las tierras altas encontramos la encina y en las laderas cercanas el paisaje se acompaña de fresnos, madroños, cornicabras, acebuches, aladiernos, alisos y sauces pegados al agua. 

Fauna 

Asociadas a las cuevas nos encontramos importantes colonias de murciélagos. Se han localizado principalmente las especies de Murciélago grande de herradura en las galerías subterráneas, y de Murciélago de cueva en los abrigos contiguos que existen en la vertiente.

También se han localizado otras especies a lo largo del corredor fluvial de la Rivera del Bronco en cuevas, explotaciones ganaderas, antiguas construcciones, casetas abandonadas, abrigos naturales, arboles…

Destacamos la presencia del cangrejo de río autóctono, mejillón de rio, sapo de espuelas, sapo común, rana patilarga, salamandra, culebra bastarda, culebra viperina, lagarto ocelado, conejo, liebre, el zorro, jabalí, nutria, gato montés, conejo, cigüeña blanca, cigüeña negra, búho real, alimoche, águila perdicera, águila culebrera, buitre leonado, buitre negro, halcón peregrino, elanio azul, roquero solitario, escorpión de agua, escorpión de agua, zapatero, alacrán cebollero... 

Y uno de los insectos que pueblan en abundancia las cuevas son las arañas pastor o murgaño (Opiliones), donde se encuentran fácilmente agrupados miles de ejemplares constituyendo impresionantes colonias que encuentran las condiciones óptimas en estas formaciones para su supervivencia. 

Ahora que hemos imaginado el proceso de cambio y el ecosistema en el tiempo, como son los suelos, la flora y la fauna del entorno, señalo un punto lejano y volvemos la vista a la zona más alta del paraje de Las Potras. 

¿Cómo se llama esa extraña roca en lo alto?

Es el Canchal del Búho, el berrocal dominante en la vertiente este de Las Potras, en sus entrañas el majestuoso búho real tiene su guarida y cuando cae la noche su silueta sobrevuela la rivera del Bronco y sus espectaculares acantilados de piedra.

Ahora bajamos por un sendero donde apreciamos numerosos rastros de mamíferos y accedemos hasta una zona segura desde la que observar las increíbles cuevas graníticas de Las Potras.

De pronto llegamos a un sitio desde donde observamos un gran charco y vemos a las nutrias jugueteando en el agua. Guardamos silencio y caminamos unos pasos para ocultar nuestra presencia y no molestarlas.

Al llegar aquí impresiona la fuerza de la naturaleza y los relieves modelados por la acción del agua. Asombrados ante este grandioso espectáculo, pronuncio ante la mirada asombrada de los participantes la siguiente pregunta.

¿Cómo se formaron las cuevas y galerías?

Los derrumbes que se han producido por deslizamientos de grandes bloques de piedra desde el Canchal de Búho han formado galerías encima del canal de la Rivera del Bronco, por acumulación de bolos graníticos que han dado forma al contorno de las cuevas. Este tipo de formaciones se encuadran dentro del tipo de Cuevas Estructurales.

En el fondo de estas cuevas y galerías podemos encontrar piedras esféricas o guijarros, que con la acción del agua van rotando con fuerza y esculpiendo lentamente los bloques de granito, dando lugar a una variada colección de formas graníticas, desde acanaladuras, canales, cascadas, cavidades y marmitas de gigante.

La morfología del terreno hace que el agua al entrar al sumidero en época de fuertes avenidas, sea todo un espectáculo de la naturaleza. En algunas ocasiones cuando se han producido episodios de lluvias intensas, el cauce ha llegado a subir por encima de los bloques superficiales que forman la parte exterior de las cuevas.

El agua es el elemento más importante en el proceso de la erosión y en el transporte y depósito de sedimentos en estas formaciones y cavidades graníticas. 

Durante el verano, el curso fluvial se mantiene seco, salvo algunos charcos importantes que mantienen el agua y sirven de bebedero principal para muchas de las especies que allí habitan. 

¿Cómo se formaron las marmitas de gigante? 

La formación de las Marmitas de gigante, Pilas o Pilancones se ha originado por la abrasión del desgaste mecánico producido por el choque y rozamiento de fragmentos de roca que son transportados por la corriente sobre el lecho del cauce fluvial. 

Se trata de oquedades en forma cilíndrica que son excavadas en el lecho rocoso por las corrientes rápidas que se forman en época de abundantes lluvias y en las que el caudal es muy fuerte. La erosión producida por piedras o pequeños cantos rodados a causa del movimiento del agua, acaba moldeando las cavidades graníticas. 

El nombre con el que se conoce popularmente a estas formaciones en Montehermoso es el de Pozas o Tinajas de Las Potras.

¿Qué misterios guardan estas cuevas y los abrigos naturales del entorno?

Volvemos a recordar lo que antes hemos explicado sobre el pasado, las huellas humanas en la prehistoria. 

Expongo mi experiencia en diferentes expediciones a Las Potras y mi colaboración en jornadas de investigación y divulgación científica.

Durante la última expedición se han evidenciado restos arqueológicos en el sistema de Las Potras en dos puntos diferentes de la cavidad. Se trata de vasos o fragmentos cerámicos incrustados en diversos puntos de las cuevas.

En el estudio de los depósitos situados en los abrigos y grietas próximas a la cueva, en la parte media del sistema, se localizó un útil lítico tallado en cuarcita que puede pertenecer al Paleolítico Inferior.

Esta parte provocó sorpresa y despertó la admiración y curiosidad de los participantes. Estamos ante un paisaje de gran importancia histórica.

Ahora vamos unos metros hacia un pequeño manantial situado en un claro, allí vamos a realizar una experiencia mágica.

“Nada hay en la mente que no haya estado antes en los sentidos”. 

Aristóteles

El despertar de los sentidos

Vivimos en un mundo de prisas, sin apreciar muchas veces las pequeñas y grandes cosas que captan los sentidos. En esta experiencia lo que pretendo es dar importancia a las percepciones, ser más conscientes de ellas en el día a día, el abrir nuestra mente para centrarnos en sentir, en vislumbrar la admiración de los sentidos. 

¿Te has fijado en lo que tienes alrededor, en las sensaciones? 

Te recomiendo la necesidad de poner el despertador de los sentidos en marcha, el percatarte de lo que nos está comunicando la naturaleza. 

Te propongo una travesía, la de redescubrir prestando una mayor observación a los sentidos, percibiendo tanto lo que está a tu alrededor, como a los estados internos del organismo. Te invito a dejarte llevar por la recepción y reconocimiento de sensaciones y estímulos que se producen al disfrutar la vida, al contemplarla, olerla, degustarla, sentirla, escucharla…

¿Le prestas la atención adecuada a los sentidos? 

Es por medio de los sentidos donde se participa directamente en la maravilla y esplendor de las cualidades de experimentar. 

Existen ciertas fuerzas sensoriales que nos colman de energía positiva. Quién no ha disfrutado de un paseo por la naturaleza en estado puro, de ese espectáculo del mar, de la montaña, de un paisaje repleto de belleza, y cómo se admira todo ello con mucho más que en un solo sentido.

¿Quién no se maravilla de la esencia del perfume de las flores? 

Se siente la brisa fresca, se huele la sal marina, el aroma que impregnan las plantas aromáticas, el susurro de un oleaje o de los pajarillos surcando el cielo, el descalzarse y notar las texturas de la hierba fresca o de la calidez de la arena de la playa entre tus dedos.

¿Y quién no evoca momentos recordando los aromas y sabores del ayer? 

Esa comida que hacían en casa tan especial, la ropa impregnada de ese perfume único, los matices de fragancias distintas en un espacio y tiempo pasado que nos revitalizan el momento actual al sentirlas tan cercanas.

¡Vamos a despertar los sentidos!

Vamos a despertar los sentidos y permitir que las sensaciones nos impregnen, que cubran todo nuestro cuerpo y nos encaminen al fluir natural de nuestro ser y a prestar atención a todo aquello que nos rodea. Imaginamos la magia de la luna o admirar una noche estrellada o la luz especial de un amanecer o del crepúsculo del día en este hermoso paraje viendo la silueta de la cigüeña negra que anida en los acantilados lejanos.

Abrimos bien los ojos y observamos y nos dejamos seducir por la sinfonía de los colores de las rocas cubiertas de musgo por las lluvias primaverales. Las tonalidades amarillas y blancas de escobas. La belleza y colorido de la flor de la jara. 

Ahora cerramos los ojos y escuchamos el murmullo del sonido del agua entre las piedras. El zumbido de las abejas en la flor del majuelo. El canto de los abejarucos volando por encima de nuestras cabezas, y el tintineo melodioso de los campanillos de las vacas que bajan de las laderas a beber a una charca.

Y con los ojos cerrados olemos las fragancias del campo en primavera, el intenso olor de las escobas, de las jaras, del poleo que tenemos a nuestros pies, de la hierba fresca que huele a naturaleza. Ahora inspiramos y llenamos nuestros pulmones de vida. 

Abrimos de nuevo los ojos después de esta sugerente experiencia, ahora utilizamos el gusto y nos deleitamos con el agua limpia del manantial y saboreamos su pureza.

Luego tocamos las piedras pulidas por la acción del agua, el tacto del musgo fresco, sentimos que tocamos parte de la historia geológica de la tierra, parte de la historia y la vida de nuestros antepasados.

Y después de esta mágica experiencia te propongo que medites, que hagas sentir más tu ser interno, acercarte a la naturaleza, a respirar pureza, vida, sintiendo cada olor y sonido, cada instante y momento presente.

Es dejar pasar los pensamientos sin juzgar y centrarse en sentir, fluir, apreciar cada sorbo de aire con atención a la belleza de respirar pudiendo observar el rocío del alba en un nuevo día.

Nos abrazamos y con las emociones a flor de piel, volvemos caminando ladera arriba hasta el promontorio desde donde al principio observamos el paisaje y las formaciones geológicas que tenemos a nuestro alrededor.

El Enebro de Fuente vieja 

Desde aquí vamos al Enebro de Fuente Vieja, descansamos un momento y allí cuento la historia de Florencio, aquel hombre bueno que cuidó de este árbol desde que era solo un pequeño tallo con hojas. 

Y recuerdo las charlas con él, las historias que me contaba sentados en el brocal de la Fuente Vieja, donde me hablaba del chozo y sus antiguos habitantes, de las andanzas de los antiguos bandoleros de la zona. 

Y enseño su foto en la última ruta que nos acompañó a Las Potras, le encantaban mis explicaciones y mi forma de mostrar y enseñar el paisaje. “Hay que ver lo que sabe este hombre de estas piedras”, decía con una amplia sonrisa, y aplaudía con fuerza apoyando su palo en un almez. 

Accedíamos (siempre con su permiso) por un camino paralelo a su finca, él sabía que éramos personas que respetábamos y conservábamos el entorno con mucho cuidado. 

Guardamos un momento de silencio en su memoria y nos abrazamos a aquel árbol uno por uno y con ello transmitíamos nuestro cariño y respeto hacia este paraje mágico, y hacia aquel gran hombre que vigila su finca desde el cielo. 

Y caminando entre callejas flanqueadas por paredes de piedra y entre prados inundados de agua y abundante hierba, continuamos bajando por una suave pendiente entre olivos y tierras sembradas con nuevas plantaciones de alcornoque. 

Nuestro punto de destino y final es en la Cruz de Granada, allí hablamos de la experiencia, de lo aprendido, de la historia encontrada, de paisajes, de rocas, de olores, colores, sabores y de muchas sensaciones vividas.

Tiempo de reflexión

Ahora incidimos en la importancia de tomar conciencia sobre la necesidad de velar por el medio ambiente en el proceso de transformación del paisaje natural; cada persona debe cuidar su entorno y debemos tratar de establecer medidas que disminuyan los efectos negativos de la relación con la naturaleza y, de ser posible, llevar a cabo acciones que reparen o aminoren los daños causados, para que el medio no se vea despojado hasta su desaparición. 

¿Cómo va a ser el futuro que queremos como sociedad y cuál va a ser nuestro papel para preservar nuestros recursos naturales? 

Incidimos que es esencial conocer y fomentar la importancia que tiene la preservación del paisaje y del patrimonio natural y cultural.

Es importante promover el conocimiento y la puesta en valor de todos los valores que atesoran este tipo de paisajes y sus formaciones graníticas.

Medidas de conservación y protección medioambiental 

Hay que defender y proteger este importante ecosistema, y fomentar la conservación de los recursos naturales y toda su riqueza geomorfológica, que tienen un alto valor ecológico. 

Insistimos que hay que conservar el patrimonio histórico y salvaguardar los valores culturales, la riqueza etnográfica, arqueológica y paleontológica de este paraje. 

Para ello se deberán establecer los criterios oportunos y adoptar las medidas de prevención encaminadas a evitar los riesgos de que garanticen su adecuada conservación.

En la actividad se han recogido multitud de basuras para evitar el daño a la flora y fauna subterránea, y para que no pudiera suponer peligro alguno para cualquier persona.

Termino diciendo que desde hace años vengo promoviendo actividades ligadas a la educación ambiental y la recreación en la naturaleza para concienciar sobre el cuidado y respeto al medio ambiente y lograr una mayor sensibilización, participación y colaboración de la población local en la conservación y el uso sostenible de nuestros espacios naturales.

Respiramos, alzamos la vista al cielo y entre un abrazo múltiple, nos despedimos entre aplausos.

“Durante centenares de miles de años, el hombre luchó para abrirse un lugar en la naturaleza. Por primera vez en la historia de nuestra especie, la situación se ha invertido y hoy es indispensable hacerle un lugar a la naturaleza en el mundo del hombre” 

Santiago Kovadloff

En homenaje a mi amigo Florencio, el hombre que amaba y cuidaba un enebro en el paraje de Fuente Vieja y que tanto cariño tenía al paraje de Las Potras. Mi respeto y agradecimiento por siempre.