En
el Parque Periurbano de Conservación y Ocio “Dehesa Boyal de Montehermoso” hay
una serie de puntos y actuaciones que es necesario abordar con urgencia para
lograr una gestión sostenible de su entorno y un uso responsable de sus
recursos naturales y culturales.
El
trabajo ha de llevarse a cabo con compromiso y de manera constante y rigurosa,
actuando firmemente y empleando los medios y el personal necesario para
conseguir una mejor vigilancia, mantenimiento y conservación de este Espacio
Natural Protegido.
Hay
que recordar que gracias al trabajo y a la labor de algunas personas, se ha
dado a conocer los paisajes, la flora, fauna, aves y el rico patrimonio
histórico y cultural que atesora la dehesa boyal de Montehermoso. En general,
ha sido una labor de divulgación amplia y continua de todos los valores
naturales y culturales que este espacio atesora.
Ya
he comentado en varias ocasiones la alarmante pérdida de biodiversidad que este
entorno natural ha sufrido en los últimos años. Destacar que en los seguimientos
de aves realizados desde el año 2005 al año 2015, han desaparecido la gran
mayoría de ejemplares de aves rapaces que aquí habitaban y tenían su zona de
cría y reproducción.
Pero
no olvidemos que hay otros problemas que afectan gravemente a nuestra dehesa y que
expongo a continuación con algunas medidas para su solución.
En
un Espacio Natural Protegido como es la Dehesa Boyal de Montehermoso, es
necesario regular las molestias y daños ocasionados por el transito
descontrolado de toda clase de vehículos a motor que circulan fuera de los
caminos habilitados y a gran velocidad, causando la perdida de cobertura
vegetal y el pasto para el ganado. Además del peligro que pueden ocasionar a la
ganadería y a las personas que vienen a disfrutar de un día de campo.
El
control y prevención ante el aumento de caminos ilegales o descontrolados que
van apareciendo de manera masiva por la superficie de la dehesa. Establecer un
criterio ordenado para regular los accesos y que los vehículos transiten con
orden y civismo.
Hay
que actuar con urgencia ante los daños y el abandono que sufren continuamente
el patrimonio histórico-cultural y todos sus elementos arqueológicos y
etnográficos.
Acabar con el deterioro y la desaparición
constante de fauna y flora amenazadas.
La
vigilancia y desaparición de las escombreras ilegales que afean y contaminan
visualmente el paisaje.
Mayor
control de los casos de contaminación producida por vertidos industriales que
afectan a los cursos fluviales, alterando los parámetros normales de la calidad
del agua. Todas las personas que pasean por la dehesa han podido oler y
observar en fechas recientes, como se han vuelto a producir vertidos al Arroyo
del Pez. No debemos olvidar los casos tan graves que hemos sufrido en los
últimos años y las consecuencias que este efecto provocó en la fauna y
ganadería del entorno. La legislación ambiental es muy clara y estricta al
respecto, y más cuando todo esto se produce en un Espacio Natural Protegido.
Evitar
la destrucción de arbolado de la dehesa, la fragmentación del territorio y el
desarrollo urbanístico incontrolado en su superficie. Impedir la destrucción, pérdida
y deterioro de bienes patrimoniales y arqueológicos que se hallan en su
territorio, ya que están declarados de Protección Cultural.
Entender
la importancia ecológica de los humedales y de las lagunas existentes, que
juegan un papel fundamental en el equilibrio natural de la dehesa. Por eso es
necesario que no se utilicen como zonas permanentes de merenderos o recreo en
época crítica de reproducción de aves para no perturbar las especies que allí
habitan o dependen del medio acuático. Los cursos fluviales, regatos, arroyos,
charcas y lagunas de la dehesa son un refugio de biodiversidad.
Garantizar
una mayor protección de las explotaciones ganaderas. La regeneración y mejora del
aprovechamiento de los pastos. Los tratamientos adecuados del arbolado y
matorral de la dehesa, manteniendo manchas de matorral para refugio de fauna y
así lograr un mejor aprovechamiento cinegético. Favorecer el mantenimiento y
conservación de las lagunas para el aprovechamiento de la pesca.
Realizar
un tratamiento selvícola adecuado para garantizar la regeneración natural, la formación
y la adecuada densidad del arbolado. En el caso de la explotación del corcho, sería
necesario llevar a cabo un buen aprovechamiento con actuaciones selectivas de
limpieza en las zonas de alcornoques que están invadidos de maleza y matorral.
Regular
de forma más controlada todas aquellas actividades que supongan ruidos,
molestias o gran afluencia de personas que transiten o se instalen por zonas
sensibles, con el fin de respetar la época crítica de reproducción de especies
amenazadas. Cumplir la legislación ambiental en vigor para no interferir en el
ciclo natural de la dehesa.
Evitar
en lo posible la dispersión de áreas recreativas y propiciar su instalación en
zonas cercanas a la entrada de la dehesa para facilitar la accesibilidad a los
niños, mayores y personas discapacitadas. Con ello a la vez se consigue una
mejor limpieza, mantenimiento y conservación, evitando las molestias a las explotaciones
ganaderas y protegiendo el patrimonio arqueológico-etnográfico.
Con todo esto también protegemos las actividades de ocio y tiempo libre que se practican en la dehesa: Rutas y paseos en bicicleta, paseos a caballo, atletismo, caza, pesca, senderismo, observación de aves y recogida de setas.
Con todo esto también protegemos las actividades de ocio y tiempo libre que se practican en la dehesa: Rutas y paseos en bicicleta, paseos a caballo, atletismo, caza, pesca, senderismo, observación de aves y recogida de setas.
Hay
que comprender que los daños causados a la biodiversidad y al patrimonio
histórico y cultural causan graves perjuicios económicos, ya que si se
deterioran o destruyen en el futuro sería necesario una gran inversión para recuperarlos.
En el presente esto puede suponer que espantemos un importante motor de
desarrollo local como es el turismo de naturaleza y el turismo arqueológico.
Por
tanto, creo que va siendo hora de que la administración local tome decisiones
que ayuden a tomar medidas de protección y conservación de nuestra dehesa. Es
necesario que entendamos la importancia de salvaguardar este Paisaje Cultural
heredado de nuestros antepasados y todos sus valores naturales y culturales que
coexisten desde hace siglos con nosotros.
Nuestra
dehesa es un monte aclarado por el ser humano desde la prehistoria para
aprovechamientos de pastos para la ganadería. A lo largo de miles de años el
hombre ha sabido convivir en armonía con ella, realizando hermosas
construcciones tradicionales y monumentos funerarios megalíticos, explotando de
manera sostenible sus recursos naturales. La dehesa necesita la mano del hombre
para su mantenimiento y conservación y el hombre necesita de ella y de sus
paisajes para poder disfrutar de la naturaleza.
“La
dehesa se defiende a través del respeto, del conocimiento, de la divulgación y
de la conservación de todos sus valores y tradiciones”.