Hierba carmín (Phytolacca americana)
Fotografía realizada el 5 de septiembre de 2015
Fotografía realizada el 5 de septiembre de 2015
De
pequeño conocíamos a esta planta como uvas de perro y la tocábamos y estrujábamos
sus bayas de color purpura sin saber el peligro que esto entrañaba, ya que todas
sus partes son considerados bastante tóxicas.
La
Phytolacca americana es una especie de la familia Phytolaccaceae que es originaria de América y que con el paso del tiempo se ha extendido en casi
todo el mundo. En España fue introducida en el siglo XVIII.
Es
conocida como Hierba carmín, aunque en varias partes se le denomina con los
siguientes nombres: baya de tinta, baya paloma, cáncer de jalapa, espetón de
maleza americano, espinacas de América, fitolaca, grana encarnada, granilla, hierba
de la oblea, hierba roja solanácea americana, tintilla, uvas de América, uvas
de Indias, uvas de perro…
Crece
en zonas húmedas, edificios en ruina, terrenos abandonados y al borde de los caminos.
La
Phytolacca también es utilizada como base de la alimentación de las larvas de
algunas especies de lepidópteros (mariposas).
Antiguamente
se utilizaban sus bayas para producir un colorante que servía para teñir las prendas de color carmín.
Usos medicinales
A
lo largo de la historia la Phytolacca americana ha sido empleada como un
remedio popular por los nativos americanos. Sus hojas se han utilizado para
curar diferentes enfermedades como la artritis, el reumatismo o los vómitos. También
era considerada un buen purgante, estimulante
para el corazón, para combatir el picor, la sífilis y tratar el cáncer. Las
bayas secas sirven como tratamiento para curar los forúnculos.
Advertencias y efectos
secundarios
Todas
las partes de la planta de la hierba de carmín se consideran tóxicas. Las
semillas son altamente tóxicas y las bayas llegan a ser muy peligrosas
cuando llegan a alcanzar la madurez.
La
ingestión por vía oral de alguna parte de la planta, puede causar náuseas,
vómitos, calambres de estómago, diarrea, dolor abdominal, somnolencia, debilidad,
hipertensión, insuficiencia respiratoria, taquicardias, espasmos, convulsiones y
en casos muy graves puede provocar la muerte de la persona.
Fotografías
realizadas el 30 de julio de 2007 en las proximidades del Río Alagón,
cuando las bayas de la Phytolacca
americana estaban empezando el proceso de maduración.