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martes, 16 de agosto de 2016

Hierba carmín (Phytolacca americana)

Hierba carmín (Phytolacca americana)
Fotografía realizada el 5 de septiembre de 2015

De pequeño conocíamos a esta planta como uvas de perro y la tocábamos y estrujábamos sus bayas de color purpura sin saber el peligro que esto entrañaba, ya que todas sus partes son considerados bastante tóxicas.

La Phytolacca americana es una especie de la familia Phytolaccaceae que es originaria de América y que con el paso del tiempo se ha extendido en casi todo el mundo. En España fue introducida en el siglo XVIII.

Es conocida como Hierba carmín, aunque en varias partes se le denomina con los siguientes nombres: baya de tinta, baya paloma, cáncer de jalapa, espetón de maleza americano, espinacas de América, fitolaca, grana encarnada, granilla, hierba de la oblea, hierba roja solanácea americana, tintilla, uvas de América, uvas de Indias, uvas de perro…

Crece en zonas húmedas, edificios en ruina, terrenos abandonados y al borde de los caminos.

La Phytolacca también es utilizada como base de la alimentación de las larvas de algunas especies de lepidópteros (mariposas).

Antiguamente se utilizaban sus bayas ​​para producir un colorante que servía para teñir las prendas de color carmín.

Usos medicinales

A lo largo de la historia la Phytolacca americana ha sido empleada como un remedio popular por los nativos americanos. Sus hojas se han utilizado para curar diferentes enfermedades como la artritis, el reumatismo o los vómitos. También era considerada un buen purgante, estimulante  para el corazón, para combatir el picor, la sífilis y tratar el cáncer. Las bayas secas sirven como tratamiento para curar los forúnculos.

Advertencias y efectos secundarios

Todas las partes de la planta de la hierba de carmín se consideran tóxicas. Las semillas son altamente tóxicas y las bayas llegan a ser muy peligrosas cuando llegan a alcanzar la madurez.

La ingestión por vía oral de alguna parte de la planta, puede causar náuseas, vómitos, calambres de estómago, diarrea, dolor abdominal, somnolencia, debilidad, hipertensión, insuficiencia respiratoria, taquicardias, espasmos, convulsiones y en casos muy graves puede provocar la muerte de la persona.  

Fotografías realizadas el 30 de julio de 2007 en las proximidades del Río Alagón, cuando las bayas de la Phytolacca americana estaban empezando el proceso de maduración.