miércoles, 24 de septiembre de 2014

Topónimos de Montehermoso


Recordaba hace pocos días las tertulias con mi buen amigo Miguel Garrido Domínguez en las que hablamos de los diferentes topónimos de Montehermoso y como han ido cambiando algunos, y desapareciendo otros con el paso de los años. Sobre este tema tenemos que tener presente que el nombre puede verse alterado por la fonética característica de la zona en que se halle. Y es que a lo largo de los años en Montehermoso, se produce un cambio en varios de los topónimos existentes en su término municipal, debido principalmente como hemos dicho antes a la interpretación del nombre en cuestión en nuestro castúo o dialecto local, y a la información aportada por las personas en los diferentes estudios y revisiones geográficas para la elaboración de los mapas cartográficos.

Aunque la deformación lingüística producida por una mala pronunciación o interpretación, ha provocado en muchos casos el cambio de nombre de muchos topónimos, no hay que olvidar que en muchas otras ocasiones son los responsables de recabar esa información los que han provocado la deformación del nombre de forma totalmente arbitraria por el tratamiento de la transcripción y adaptación de las normas ortográficas del idioma español. Y es que en muchos casos tenemos topónimos de origen árabe que con el tiempo se han ido españolizando, como veremos en este artículo un poco más abajo.


Siempre me he preocupado por el estudio y recuperación de los antiguos topónimos existentes en el término municipal de Montehermoso, y soy consciente del trabajo y debate que plantea la necesidad de recuperar los antiguos nombres de parajes o lugares tradicionales, o el denominar un lugar nuevo en base a diferentes factores geográficos, históricos o naturales.

Otro problema que había era la imposición que se hacía desde diferentes estamentos para adaptar los topónimos a la situación o realidad política, lo que ocasionaba que desaparecieran los nombres tradicionales.

Considero que al igual que muchos de los nombres se han deformado al escribirlos, hay otros que deberían transcribirse con el carácter y la escritura propia del castúo o dialecto local para respetar la denominación que han tenido a lo largo de la historia.

Otro de los casos que nos podemos encontrar es el de la transformación de un topónimo por el cambio de titularidad de la propiedad, o por hechos o sucesos históricos acontecidos después.


Unos ejemplos de deformaciones los podemos encontrar en los siguientes casos:

Los Jarafes, este topónimo viene recogido ya en el siglo XIX pero como Aljarafe cuyo significado es terreno elevado y extenso, también se denominaba así una azotea. Este vocablo viene de Ajarafe que proviene del árabe “Axaraf” que significa lugar elevado.

Valcuervo, este topónimo también ha sufrido una deformación, ya que viene recogido en las en el siglo XVIII en las respuestas generales para el Catastro del Marqués de la Ensenada. Su pronunciación histórica correcta es Valcuevo que significa Valle de Cuevas.


Sitios y Topónimos en Montehermoso en el siglo XVIII (1752) recogidos en las respuestas generales para el Catastro del Marqués de la Ensenada
                                                                                                       
Aljarafe,  Berrueco, Carrascalejo, Coto de Rastrojera, Dehesa Boyal, Dehesa de Navasmojadas, Ejido Patero, Erguijuela, Hinojal, Las Mogeas, Los Labrados, Manchial, Merendazgo, Rincón, San Bartolomé, Talla, Tremadales, Valcuevo, Valle de los Linares, Valtajo, Vegas Grandes.

Sitios y Topónimos en Montehermoso en el siglo XIX recogidos en la relación de bienes desamortizados en Montehermoso

Aceña Vieja, Alcornoque del Tueco, Aljarafe, Alto de La Rengadilla, Arroyo de Aceituna, Arroyo de Los Helechales, Arroyo de Majada Marcos, Arroyo de Valcuevo, Arroyo del Charquito, Arroyo Diana, Arroyo Perdiguero, Bardo de La Fuente del Ronco, Barranca del río, Barrera de Garganta Seca, Barrueco, Boca de Las Gargantas, Boca del Zaodito, Calleja de Las Eras Nuevas, Calleja de Respinga, Calzones, Camino de La Atalaya, Camino de La Barca, Camino de La Puente, Camino de Las Eras Nuevas, Camino de Morcillo, Camino de Plasencia, Camino de Santibañez, Canchal del Diablo, Canchales, Cañada de Los Molinos de La Rivera, Caozo, Careo de La Balsa, Carpio de la Umbría del Zaodejo, Carril de La Manzanera, Casita del Carpio, Cerrito Gordo, Charca del Rodeo, Charco de La Balsa, Colmenillas, Corral de La Manzanera, Cuarto Holgado, Cumbre de Pedro Caballero, Ejido del pozo Encima, El Albadil, El Carpio, El Carril, El Charquito,  El Palomar, El Penitente, El Polear, El Vaillo, Encina de La Pasiana, Eras de Cuarto Holgado, Ermita de San Sebastían, Fuente Corte, Fuente de La Folleca, Fuente de La Rengadilla, Fuente de Los Chinarrillos, Fuente del Cochino, Fuente del Pósito, Fuente del Ronco, Fuentes Viejas, Garganta Seca, Guijarro del Hormigón,  Helechales, Hinojoso, Hondo de La Jara, Huerta de Cirilo Gordo, Huerta de Tío Antonio Cota, Huerto de Francisco Domínguez,  La Atalaya, La Bejarana, La Cañada, La Carbonera, La Cebollera, La Golletilla, La Jara, La Laguna, La Montona, La Morisca, La Nava, La Pesquera, La Polvorosa,  La Puente, La Rengadilla, Lagar de La Alisea, Lagunitas de Zarza, Las Chumbarbas, Las Cruces, Las Encinas, Las Eras, Las Gegosas, Las Guapas, Las Mohedas, Las Pizarritas, Llano de La Barca, Machial, Majada de Los Curas, Matasanos, Miranda, Moheda Romana, Molino de Albondo, Molino de La Juana, Molino de Las Retuertas, Molino del Chorizo, Olivar de La Carbonera, Olivar de La Fuente Corte, Pago de Arriba, Pago de La Lobera, Pago del Medio, Pasaderas de La Rivera, Perdiguero, Pesquera de Alisea, Pesquera del Hormigón, Piedra del Burro, Pozo de Encima, Pozo de La Nava, Pozo de La Sierrita, Rascadero de Los Lobos, Rivera del Bronco, Sábanas Blancas, San Antonio, San Bartolomé, San Sebastián,  Solana de Garganta Seca, Tejal, Tenerife, Teso del Guarro, Teso Parral, Tierra de Las Ánimas, Tierra de Manzano, Torviscoso, Umbría de Alema, Umbría del Guijarro de Hormigón, Umbría del Vadillo, Umbría del Zaodejo, Valcorchero, Valcuevo Galapero, Valle Cimero de La Cebollera, Valle de La Cebollosa, Valle de Los Linares, Vega de La Barca, Vereda de Blas Galindo, Vereda de Los Valientes, Zahúrdas del Valle, Zanquito.


Consideraciones sobre la revisión de topónimos de Montehermoso

A finales de diciembre del año 2011 se pusieron en contacto conmigo para pedirme colaboración en la revisión de topónimos de Montehermoso. A partir de enero de 2012 empiezo con los primeros trabajos (todo de forma voluntaria y desinteresada), y  comienzo con la revisión de todos los topónimos que aparecían en diferentes mapas y cotejar estos con los conocimientos y datos que disponía: nombre, situación, coordenadas…

Durante gran parte del año 2012 estuve recorriendo el término municipal y estudiando los nombres y topónimos sobre el terreno, esa fue la mejor experiencia y el mejor trabajo documental. Con toda esa información se procede a pasarla a una base de datos para corregir algunos nombres que no se correspondían con el lugar, a actualizar las coordenadas y situación de muchos de ellos, y a poner muchos de los nombres que faltaban.

Este trabajo que supuso un enorme esfuerzo y dedicación, fue terminado y enviado finalmente el 26 de enero de 2013 para el posterior procesado de datos e información. Con todo esto se elaboran dos mapas de gran tamaño para su posterior exposición en el ayuntamiento a primeros de febrero de ese mismo año, con el objetivo de que cualquier persona pudiera presentar cualquier referencia o rectificación de los topónimos que allí aparecían. Lástima que al contrario que en otras localidades, estos mapas apenas fueron expuestos al público, ya que en varias ocasiones fui a verlos y estaban instalados en una mesa del salón de actos, algo que también pudo comprobar el técnico que los trajo.

Este otoño intentaré investigar y averiguar sobre el terreno aquellos topónimos antiguos para poder  ubicarlos en la próxima revisión, el trabajo de campo y las entrevistas con los mayores serán fundamentales para lograr el objetivo principal que se pretende conseguir con esta labor. El estudio, recuperación y divulgación de los topónimos históricos de Montehermoso.


domingo, 14 de septiembre de 2014

Jornada de investigación en las cuevas graníticas de Las Potras en Montehermoso

Paraje Natural de Las Potras desde el Mirador del Canchal del Búho.
Fotografía: J.J. Sánchez

Con el objetivo de divulgar y dar a conocer lo mejor de nuestros recursos y valores naturales, el sábado 13 de septiembre realizamos una jornada de investigación visitando las cuevas graníticas de Las Potras en Montehermoso acompañados con grandes expertos en geología, y miembros de la Sociedad Española de Geomorfología que estuvieron celebrando en Cáceres su XIII Reunión desde el 9 al 12 de septiembre, y con los que hemos aprendido muchísimo sobre este tipo de formaciones y su composición.

En este día tuvimos la ocasión de contar con la presencia de Juan Ramón Vidal Romaní, Catedrático y Director del Instituto Universitario de Geología Isidro Parga Pondal de la Universidad de A Coruña. Marcos Vaqueiro Rodriguez, investigador asociado al Instituto Universitario "Isidro Parga Pondal", Universidad de A Coruña, presidente del Club Espeleolóxico A Trapa y miembro del comité científico de pseudokarst de la UIS (International Union of Speleology), y Laura González López, Bióloga, estudiante de Doctorado, en el Instituto Universitario de Xeoloxía Isidro Parga Pondal  en Universidad de A Coruña. Participa en el Proyecto de Investigación “Estudio de microorganismos en espeleotemas de cuevas graníticas”. Y por supuesto con un buen amigo y gran conocedor del entorno, José Luis Garrido Martín.

Cavidades graníticas superficiales en Las Potras
Fotografía: J.J. Sánchez

Geomorfología de cuevas en paisajes graníticos

El estudio de las cuevas en paisajes graníticos lleva consigo el conocimiento geológico, mineralógico y topográfico del entorno, ya que  en cada uno de los elementos del paisaje aparece un tipo de rocas particular que nos muestra la evolución geomorfológica de los últimos millones de años. En el caso de las cuevas graníticas de Las Potras sirve como ejemplo la circunstancia de se han creado como resultado del encajamiento fluvial en la Rivera del Bronco, que por causa de los torrentes, el viento, la erosión y los desprendimientos de la ladera del Canchal de Búho, han formado y esculpido las rocas graníticas para dar esta curiosa forma al paraje que ha condicionado el paisaje, la fauna y la flora. Sin olvidarnos de otros factores como lo abrupto de la zona y la espesura del monte y matorral mediterráneo que ocupa sus pendientes.

Con Juan Ramón y Marcos aprendimos mucho de toda su experiencia y conocimiento a nivel mundial en este tipo de cuevas o cavidades graníticas y asimilamos conceptos y términos que nos ayudaron a comprender y conocer más sobre la geomorfología de estas formaciones.

·         Las direcciones principales de fractura, desniveles y las alineaciones de bloques.
·         Los encajamientos fluviales y sus direcciones predominantes.
·         Las formas y huellas de erosión fluviales: marmitas, canales.
·         Los derrumbes y colapsos de bloques.
·         Los espeleotemas y mineralizaciones orgánicas.

Con Laura estuvimos observando la flora que se ha ido adaptando a la orografía del terreno y a este tipo de suelos, y la presencia de fauna en las cuevas, abrigos y laderas del entorno.

Marmitas de gigante, Pilas, Pilancones fluviales, Pozas o Tinajas de Las Potras.
Fotografía: J.J. Sánchez

Las marmitas gigantes de Las Potras

Dentro de las cuevas graníticas de Las Potras y a lo largo del cauce de la Rivera del Bronco aparecen interesantes formaciones que en la geomorfología granítica se denominan Marmitas de Gigante (Pilas o Pilancones fluviales).

Las marmitas de gigante son formadas por la acción de los guijarros y pequeños trozos de roca que al ser arrastrados por la fuerza de la corriente en algunas depresiones, terminan produciendo una erosión al girar por el movimiento del agua y con ello moldeando las cavidades graníticas. El nombre con el que se conoce popularmente a estas formaciones en Montehermoso es el de Pozas o Tinajas de Las Potras.  
  
 Rivera del Bronco a su paso por Las Potras.
Fotografía: J.J. Sánchez

El Patrimonio Geológico

Según recoge la Ley 42/2007 de Patrimonio Natural y Biodiversidad, el patrimonio geológico se define como el “conjunto de recursos naturales geológicos de valor científico, cultural y/o educativo, ya sean formaciones y estructuras geológicas, formas del terreno, minerales, rocas, meteoritos, fósiles, suelos y otras manifestaciones geológicas que permiten conocer, estudiar e interpretar el origen y evolución de la Tierra, los procesos que la han modelado, los climas y paisajes del pasado y presente y el origen y evolución de la vida.


Enlaces relacionados:

miércoles, 10 de septiembre de 2014

El conjunto megalítico de la Dehesa Boyal de Montehermoso por José María Señorán Martín

José María Señorán Martín en la Ruta a la Necrópolis de la Dehesa Boyal de Montehermoso


José María Señorán Martín jose.m.senoran@gmail.com

José María Señorán Martín es Licenciado en Historia por la Universidad Complutense de Madrid. Realiza su tesis doctoral, centrada en la aparición del fenómeno megalítico en la Alta Extremadura, en el Departamento de Prehistoria de la Universidad Complutense de Madrid. Ha sido becario predoctoral en el Instituto de Ciencias del Patrimonio (CSIC), Santiago de Compostela, durante los años 2010-2013.

En la actualidad se encuentra terminando su tesis doctoral, centrada en tres líneas de investigación independientes pero complementarias y convergentes a la vez. A partir del estudio de la aparición de los paisajes megalíticos en Extremadura se analiza la creación de los discursos  científicos sobre dicho período desde el Siglo XIX; por otro lado, la aplicación de los Sistemas de Información Geográfica al estudio de los paisajes monumentales nos permite una aproximación a las lógicas y patrones locacionales de dicho fenómeno; finalmente, estos paisajes monumentales tienen como consecuencia una materialidad que ha pervivido, en ocasiones, en el imaginario colectivo de las comunidades locales, de ahí, la importancia en los procesos de patrimonialización así como las diferentes metodologías o aproximaciones desde la Arqueología Comunitaria.

Ha realizado estancias de investigación en el Institute of Archaeology del University College of London (2011) y en el Departament of Anthropology de la University of Washington, Seattle (2012). Es miembro del Comité Científico del JIA (Jornadas de Jóvenes en Investigación Arqueológica), así como del Comité Científico del SOPA’14 (II Congreso Internacional sobre Educación y Socialización del Patrimonio en el Medio Rural). Forma parte del Equipo de Investigación ARPA, Arte rupestre, paisaje y poblamiento en el Alto Atlas (Oukaïmeden,Marruecos), dirigido por la Doctora Marisa Ruiz-Gálvez Priego (Universidad Complutense de Madrid).

José María Señorán Martín en la Ruta a la Necrópolis de la Dehesa Boyal de Montehermoso

El conjunto megalítico de la Dehesa Boyal de Montehermoso por José María Señorán Martín

1.       Introducción

El presente texto, pretende mostrar una primera aproximación al estudio de los dólmenes localizados en la dehesa boyal de Montehermoso. La primera publicación al respecto data del año 1998 cuando Ángel Paule Rubio publica “Megalitismo en Montehermoso (Cáceres)” en los XXVII Coloquios Históricos de Extremadura (Bueno, 2000). A partir de esa fecha se iniciarán los estudios centrados en el megalitismo de esta localidad del norte de Cáceres. Durante los años 1998, 1999 y 2000, en los meses de verano, un equipo de la Universidad Complutense de Madrid, dirigido por Marisa Ruiz-Gálvez Priego, llevarán a cabo las primeras investigaciones científicas en la dehesa boyal de esta pequeña localidad. Durante el verano de 1998 procederán a realizar la prospección de la dehesa del municipio. El resultado de esta primera prospección fue la elaboración de la Carta Arqueológica de la dehesa boyal. En este primer acercamiento, se lleva a cabo la documentación de cerca de una veintena de arquitecturas megalíticas.

Posteriormente, durante el verano de 1999, llevarán a cabo la excavación  y restauración del dolmen MH4, conocido como dolmen del Tremedal, que toma el nombre de una laguna cerca utilizada para abastecer al ganado que ocupa la dehesa municipal. Durante el verano del 2000, se actuará sobre otras dos estructuras, MH8 y MH11, también conocidos como dolmen de las Colmenas y dolmen de la Gran Encina, respectivamente, llevando a cabo labores de excavación y restauración. Además, en el proyecto llevado a cabo en la dehesa se procedió a la rehabilitación de estructuras tradicionales en la explotación de la dehesa, como dos chozos de pastores y 4 zahúrdas de cerdos, llevando a cabo la creación de un itinerario turístico dentro de la dehesa. Además, desde el año 1999 se realizan trabajos de laboratorio con los materiales de estos dólmenes, trabajos que han facilitado la publicación de dos artículos donde se dan a conocer los resultados de las excavaciones (Ruiz-Gálvez, 2000; y Ruiz-Gálvez, 2001).

1.       Marco geográfico

Montehermoso se encuentra en las proximidades del Sistema Hurdes-Gata, aunque en la zona llana, en las proximidades del río Alagón, a unos 5 km. de distancia para ser más exactos. Su situación geográfica le sitúa en un punto privilegiado dentro de la geografía del norte de Extremadura, ya que en Montehermoso confluyen numerosas vías de comunicación, ejerciendo como un auténtico cruce de caminos. En ella confluyen numerosos caminos, por un lado, nos encontramos con la ruta que, dirección NO/SE, une Portugal con el norte de Extremadura, facilitando el acceso de la Serra Malcata a Extremadura a través del Puerto de Perales. Por otro lado, nos encontramos con las vías que unen la Meseta con Extremadura, a través de los pasos de la Sierra de Francia y la Sierra de Gata, a través del corredor Hurdes-Gata. Finalmente, en dirección NE/SO nos encontramos con la falla de Plasencia y la divisoria de aguas entre el Alagón y el Jerte, facilitando la comunicación entre la Meseta y Extremadura en dirección NE/SO (Ruiz-Gálvez, 2000). Por lo tanto, vemos como Montehermoso se inserta en un eje de comunicaciones.

Respecto a los suelos que conforman la Geología del municipio, son suelos terciarios, que alternan las vetas de esquistos con las de granitos, dando lugar a suelos con un nivel de acidez muy alto, poco apto para la agricultura, pero apto para pastos y el paisaje adehesado. Los dólmenes se sitúan en unas cotas entre los 350/380 m.s.n.m., en un paisaje donde predominan las encinas, y donde los pequeños cursos de agua son abundantes (Ruiz-Gálvez, 2001).

Mapa general de la dehesa de Montehermoso con los dólmenes excavados localizados. 
José M. Señorán Martín

1.       Dolmen del Tremedal o Tremal

El dolmen del Tremedal, topónimo tardorromano que hace referencia a temblor, el que se produce en el subsuelo cuando mana agua, está situado en 4440308N y 0723769W coordenadas UTM. Se sitúa sobre una pequeña elevación,  presenta una cámara circular con 9 ortostatos de granito, con corredor corto, algo desplazado respecto al eje de la cámara, orientado hacia el SE. Se documenta un atrio, donde aparecen restos de cerámica, puede que relacionados con episodios de refundación del túmulo. El nivel sobre el que se depositan los ajuares parece haber sido objeto de preparación, puede que rubefacción. El dolmen parece que ha tenido dos fases constructivas, una inicial, en la que el dolmen está formado por 3 anillos pericamerales, de esquisto y granito los dos primeros, y de cuarzo el tercero, con una coraza de esquistos y cuarzos, y con una masa tubular de unos 16-18 metros de diámetro. Posteriormente hay un recrecimiento del túmulo. La coraza se cubre con cuarzos y cuarcitas.

Dolmen del Tremedal, Montehermoso. Fotografía: José M. Señorán Martín

Respecto a los ajuares documentados, destacan los microlitos geométricos sobre lámina de sílex blanco, jabonoso y beige. También destacan las cuentas de collar, predominando las de pizarra, pero también se documentan cuentas sobre “piedra negra” y sobre “piedra verde”, de origen no autóctono.

1.       Dolmen de las Colmenas o Gran Dolmen

El dolmen de las Colmenas (MH8), se sitúan en las coordenadas 4440449N y 7233451W UTM, situado sobre una pequeña colina, estaría formado por una cámara, con unos 9 ó 12 ortostatos de granito,  y un corredor largo con 5 ortostatos a cada lado, con orientación SE. Estaría formado por 2 anillos pericamerales, y la coraza estaría recubierta por nódulos de cuarzo blanco y rojo. Los materiales documentados son similares a los documentados en el dolmen del Tremedal, donde predominan los geométricos sobre lámina y las láminas de sílex, predominando los sílex blancos, beige y jabonosos. Los fragmentos de cerámica son bastante pobres, predominando los fragmentos de pared y algunos mamelones. Las cerámicas son toscas, con acabado alisado. Aparecen cerámicas de cocción reductora y mixta. El desgrasante utilizado es de mica, cuarzo y feldespato, normalmente, de pequeño y mediano tamaño. También se documentó un gran molino de granito. 

Dolmen de Las Colmenas o Gran Dolmen. Fotografía: José M. Señorán Martín 

1.       Dolmen de la Gran Encina

El dolmen MH11, también conocido como dolmen de la Gran Encina, se sitúa también sobre una pequeña elevación del terreno. Sus coordenadas UTM son 4440495N y 72336550W. Al igual que los anteriores, el granito es la materia prima básica en la construcción, aunque también se documenta alguna laja de esquisto. La cámara, circular, está formada por unos 11-12 ortostatos de granito, el corredor, largo, se orienta en sentido SE. En la cámara se documentan cantos, que pudieron servir de calzos de unos posibles pilares que sujetaran la cubierta. Este dolmen es el que mejores materiales ha presentado, documentando los ajuares en fondo de cámara. Estos ajuares están formados por elementos de sílex, similares a los explicados anteriormente, con geométricos y láminas de sílex. También se han documentado cuentas de collar de pizarra y fragmentos cerámicos. Destacan las pequeñas hachas y azuelas de fibrolita, de gran calidad técnica. También se han documentado lo que parecen ser colgantes de pizarra, circulares, y con decoración pictórica. Los materiales son similares a los documentados en la zona portuguesa de la región de Viseu, en la zona del Mondego (Senna-Martínez. 2000; y Senna-Martínez et alii, 2000).

Dolmen de La Encina. Fotografía: José M. Señorán Martín

1.       Paisaje de dehesa y cronologías.

En lo que se refiere a cuestiones de palinología, los análisis realizados, parecen mostrar un paisaje relativamente abierto, con herbáceas, gramíneas y jaras. Los árboles no parecen abundar, pero se documentan pólenes de roble, pino silvestre y acebuches, también pólenes de aliso y fresno, lo que indicaría un clima más húmedo (Ruiz-Gálvez, 2000). No se documentan pólenes de cereal. Parece corresponderse con el inicio del paisaje adehesado, aunque más clareado que el paisaje actual.

Respecto a la cronología, se han realizado muestras de C14, que parecen situar los dólmenes de Montehermoso en torno al la primera mitad del IV milenio a.C., en la transición del Neolítico Final al Calcolítico, entendiendo el Calcolítico a partir de sus transformaciones tecnoeconómicas, caracterizado por la Revolución de los Productos Secundarios (Sherratt, 1981-1983; citado en Ruiz-Gálvez, 2000), caracterizado por la explotación ganadera y la aparición del paisaje de dehesa.

Todo ello, parece indicar que  dólmenes serían obras arquitectónicas llevadas a cabo por grupos con una economía basada en la ganadería, complementada por la caza-recolección y una agricultura marginal, con un uso flexible del medio sobre una base más ganadera que agrícola. Estos grupos realizarían movimientos trasterminantes entre valle y montaña. Durante los meses de primavera y verano estos grupos subirían a la sierra, para aprovechar los pastos frescos de la sierra. Durante el otoño y el invierno bajarían a aprovechar los pastos de las zonas bajas, recolectando, cazando y elaborando útiles. La presencia de molinos, morteros, etc. en las proximidades de los dólmenes de Montehermoso parecen relacionar las zonas de enterramiento con las zonas de hábitat, tal y como han señalado otros autores (por ejemplo, Senna-Martínez et alii, 1997). La aparición de elementos fabricados sobre materia prima alóctona evidencia contactos con otras zonas. Por lo tanto, los dólmenes de Montehermoso podrían responder a esos grupos que practican movimientos estacionales buscando pastos frescos para el ganado, moviéndose entre la zona de sierra y el valle, imitando, posiblemente, los movimientos que anteriormente realizaban tras los animales salvajes. La existencia de atrios podría responder a ritos de refundación del dolmen. En la vecina Serra da Estrela, Senna-Martínez ya establece un modelo similar para interpretar el foco megalítico de la Plataforma del Mondego, proponiendo un modelo socioeconómico de ganadería transterminante, con complementos de caza-recolección y horticultura (Senna-Martínez, 1987)

2.      El foco megalítico, análisis práctico y aportación teórica.

Es interesante analizar el foco megalítico de Montehermoso insertándolo en su contexto geográfico, y viendo su posible relación con rutas de movimiento de ganado, rutas de gran importancia para entender el megalitismo de la zona noroccidental de Cáceres, especialmente el foco de Montehermoso. Para ello, además de analizar las posibles rutas ganaderas es necesario analizar las  características de los suelos de las zonas a analizar.

En el caso del foco megalítico de Montehermoso, su geología se caracteriza por el predominio de areniscas y conglomerados terciarios, aluviales y coluviales cuaternarios y granitos moscovíticos, así como granitos de dos micas en menor medida.

Las características de estos suelos con altos porcentajes de acidez dificultan enormemente la agricultura y favorecen, por el contrario, la aparición de pastos para el ganado. De esta manera, creo que debemos desechar las hipótesis generalistas (por ejemplo, Bueno, 1988), que asocian el megalitismo extremeño con grupos agrícolas. Se trata de una zona propicia para la práctica ganadera, sobre todo en determinados momentos del años, especialmente entre octubre y mayo, momento en el que las dehesas de la zona se caracterizan por la aparición de pastos frescos y numerosos regatos, hecho que favorecería la práctica ganadera, así como la recolección de la bellota, por ejemplo, para elaborar harinas.

Otra de las características del terreno que debemos tener en cuenta son las relaciones de los megalitos con pequeños cursos de aguas en sus proximidades, favoreciendo la aparición de un paisaje caracterizado, durante los meses de otoño e invierno, por la abundancia de pequeños cursos de agua y zonas de humedales. 

Los dólmenes se sitúan en unas cotas que van de los 400 a los 424 m.s.n.m., sobre pequeñas lomas o elevaciones del terreno,  próximos a los arroyos del Perdiguero y de la Higuerita, así como cercano a fuentes naturales, como la Fuente del Jerrao, conocida en el municipio por sus cualidades curativas.

Características del relieve geográfico de Montehermoso. José María Señorán Martín

Como muestra la imagen superior, el relieve de Montehermoso se caracteriza por la existencia de pequeñas ondulaciones y elevaciones del terreno, así como por estar surcado por numerosos cursos de agua de bajo caudal.

1.       Conclusiones.

El discurso que ha predominado en Extremadura para dar respuestas al fenómeno megalítico parece dirigirse, en la mayoría de las ocasiones, a afirmar que los grupos humanos que habitaron la región desde fines del Neolítico, y relacionados con tal fenómeno funerario, utilizaron la agricultura como sistema económico principal. El problema radica cuando analizamos el registro arqueológico que se ha ido documentando a lo largo de los años.

Consciente de que la aparición del megalitismo supone un cambio en las concepciones de espacio y tiempo de los grupos humanos, como he repetido en numerosas ocasiones, también creo que el megalitismo lleva consigo una función más práctica y tangible, es decir, que por encima de ese cambio que supone a nivel cultural y racional, y todas las implicaciones sociales y culturales que posee, creo que tiene una funcionalidad “evidente”. La aparición de unas nuevas concepciones de espacio y tiempo creo que pueden ser generalizables, en cierta medida, ya que parece que en un momento determinado, en toda la costa Atlántica europea y zonas del interior, surgen estas nuevas concepciones, caracterizadas por la imposición de la cultura sobre la naturaleza, “objetivándola”, con la aparición del “pensamiento neolítico”, diferente de la aparición de la “economía neolítica”, que en algunas zonas no aparecerá hasta época Medieval, y caracterizada por la introducción de técnicas que favorezcan una agricultura y ganadería intensivas (Criado, 1993). Pero además, los megalitos pudieron ser utilizados como elementos o referentes visuales en el paisaje que evidenciaban el control de una serie de recursos por parte de una comunidad. Desde esta concepción es desde la que creo que no nos es posible generalizar, y debemos entender los megalitos en su contexto particular. Sería absurdo establecer que los dólmenes de Extremadura son el reflejo de la apropiación de la tierra por parte de grupos agrícolas, ya que existen zonas en las que la agricultura no pudo llevarse a cabo en épocas prehistóricas, sobre todo teniendo en cuenta que no se documentan tales prácticas en el registro arqueológico. Por ello, una vez analizado el registro arqueológico del foco megalítico de Montehermoso, sería posible establecer que podría estar relacionado con la apropiación o reclamación de pastos por parte de grupos ganaderos trasterminantes mediante la exhibición de los muertos. Estos grupos realizarían movimientos valle/sierra en busca de pastos frescos para el ganado, de esta manera, los dólmenes se insertarían en  rutas cortas transterminantes así como en rutas de mayor y más largo recorrido, evidenciadas por la aparición de elementos o ítems arqueológicos de zonas más alejadas, como las “cuentas de piedra verde”, principalmente calaíta y bariscita, documentada en Montehermoso y, posiblemente, procedente del NO aunque la tradición de elaboración de estas cuentas de collar es el NE (Rojo et alii, 1996); o la similitud de ajuares entre zonas como Ciudad Rodrigo, norte de Cáceres o Portugal.

La aparición de estas rutas parece documentarse desde el Calcolítico. Las características geográficas de Extremadura, especialmente de la región noroccidental, favorecen los movimientos de los grupos humanos, que aprovechan los diferentes pasos naturales para poder moverse entre diferentes contextos geográficos, pudiendo moverse desde la zona sur de la Meseta hasta zonas del Tajo. Todo ello favorece los contactos culturales entre los grupos humanos, así como la práctica de una ganadería itinerante.

Tal y como señala Ruiz-Gálvez (2000:188-189), el norte de Cáceres se convierte en un auténtico cruce de caminos, evitando el supuesto aislamiento geográfico gracias a la existencia de numerosos pasos naturales que favorecen la comunicación y el movimiento de los grupos humanos. De esta manera, podemos señalar la existencia de diversas rutas en diferentes direcciones:


1.                  En dirección NO/SE, vemos como favorece la relación entre Portugal y el noroccidente extremeño, a través de la serraMalcata se accede a Extremadura a través del puerto de Perales.

2.                  En dirección Norte/Sur, uniendo la Meseta con Extremadura, a través de diferentes pasos naturales. Nos encontramos con un acceso natural a través del corredor Hurdes-Gata, aprovechando las bajadas de los ríos Tralgas y Árrago, y del río de los Ángeles. En la misma dirección nos encontramos con las rutas que aprovechan las bajadas del río Alagón, atravesando la sierra de Francia.

3.                  En dirección NE/SO, nos encontramos con dos bajas naturales. Por un lado, nos encontramos con las bajadas que aprovechan la divisoria de aguas entre el Alagón y el Jerte, bajando a través del puerto de Baños. Por otro lado, nos encontramos la vía que une la zona de Ávila con Extremadura, aprovechando la Falla de Plasencia, por donde discurre el río Jerte, y atravesando el puerto de Tornavacas que une ambas regiones.

Fotografía: J.J. Sánchez

Montehermoso se sitúa en una zona abierta, insertándose en un auténtico cruce de caminos, que conecta las vías que relacionan el norte de la región extremeña con Portugal, la zona salmantina y de Ávila. A simple vista, el hecho de que existan tales vías naturales de comunicación no implica que hayan existido contactos culturales entre los diferentes grupos humanos, en el caso de este trabajo, grupos humanos megalíticos. Sin embargo, el registro arqueológico parece evidenciar tales contactos. Se han realizado algunos estudios en la zona del SO salmantino  que intentan relacionar el megalitismo con vías naturales de comunicación (López Plaza et alii, 2000), en los estudios de los ajuares, evidencian claras semejanzas entre el foco megalítico de Ciudad Rodrigo y el norte de Cáceres.  Comienza a expandirse una especie de “ajuar tipo”, formado, sobre todo por geométricos y láminas de sílex; puntas de flechas de sílex; cerámicas lisas, con cuarzo y mica como desgrasantes, donde predominan los cuencos semiesféricos; cuentas de collar, predominando las cuentas de pizarra; y hachas y azuelas de anfibolita, especialmente. Según esta tesis (López Plaza et alii, 2000), los megalitos del suroeste salmantino estaría relacionados con el control de vías privilegiadas de paso, tal vez no controlaron los recursos, pero sí las bajadas de la sierra hacia los llanos extremeños,  controlando el paso dirección Norte/Sur y viceversa, mediante corredores naturales, con pequeños caminos y cordeles dirección Este-Oeste. Posteriormente, tal y como señalan otros autores, (Ruiz-Gálvez y Galán Domingo, 1991 y 2001), estas rutas de movimientos de ganado quedarán marcadas mediante la implantación de las estelas, consideradas como hitos de vías ganaderas (Ruiz-Gálvez y Galán Domingo, 1991).

Esta interpretación de los megalitos en relación con grupos ganaderos transterminantespodría aplicarse para explicar el megalitismo del norte de la región extremeña, como en el caso de Montehermoso. Esto explicaría como entre los grupos del Neolítico Final e inicios del período Calcolítico se producen una serie de transformaciones socioeconómicas derivadas de la introducción de algunos elementos de la “Revolución de los Productos Secundarios” (Garrido y Muñoz, 1997), y momento en el que aparecen sociedades pecuarias desligadas de la agricultura (Pérez Ripoll, 1999). Las características geomorfológicas de la región, así como el registro arqueológico, tanto de esta zona como de zonas colindantes, apoyan esta hipótesis. A pesar de ello, no debemos caer en generalizaciones, debemos tener muy en cuenta el contexto geográfico de cada foco megalítico, además teniendo en cuenta cómo pudo influir en los grupos humanos.

Finalmente, destacar que nuestro patrimonio posee una gran riqueza y, en los años futuros, será labor de la ciudadanía y las/os arqueólogas/os seguir aumentando los conocimientos respecto al megalitismo de la región.

1.       Bibliografía

BUENO RAMÍREZ, P. (1988), Los dólmenes de Valencia de Alcántara. Ed. Subdirección General de Bellas Artes y Arqueología, Madrid.

BUENO RAMÍREZ, P. (2000), “El espacio  de la muerte en los grupos neolíticos y calcolíticos de la Extremadura española: las arquitecturas megalíticas” en Extremadura Arqueológica VIII, pp. 35-80.

CRIADO BOADO, F. (1993), “Límites y posibilidades de la Arqueología del Paisaje”, en SPAL, nº 2, pp. 9-55.

GARRIDO PENA, V. y MUÑOZ LÓPEZ-ASTILLEROS, K. (1997), “Intercambios entre el Occidente Peninsular y la cuenca media del río Tajo durante el Calcolítico y el Bronce Antiguo”, en II Congreso de Arqueología Peninsular. Tomo II. Neolítico, Calcolítico y Bronce, edts. R. de Balbín Berhmann y P. Bueno, Ed. Fundación Reí Alfonso Henriques, pp. 483-493.

LÓPEZ PLAZA, S.; FRANCISCO, J. L.; y SALVADOR MATEOS, R. (2000): “Megalitismo y vías naturales de comunicación en el SO salmantino”. En  Actas del III Congreso de Arqueología Peninsular, vol. III, pp. 271-288.

PÉREZ RIPOLL, M. (1999), “La explotación ganadera durante el III m.a.C. en la Península Ibérica”, en II Congres de Neolitic a la Península Ibérica, Saguntum, pp. 95-103.

ROJO, M.A.; DELIBES, G.; EDO, M.; FERNÁNDEZ, J.L. (1996); “Adornos de calaíta en los ajuares dolménicos de la provincia de Burgos: apuntes sobre su composición y procedencia”, en I Congrés de Neolitic a la Península Ibérica, Rubricatum 1, pp. 239-250.

RUIZ-GÁLVEZ PRIEGO, Mª L. (2000), “El conjunto dolménico de la dehesa boyal de Montehermoso”. En Extremadura Arqueológica VIII, 187-207.

RUIZ-GÁLVEZ PRIEGO, Mª L. (2001) (e.p.), “El proyecto de la Dehesa Boyal de Montehermoso”, en Actas II Jornadas de Arqueología en Extremadura.

RUIZ-GÁLVEZ, Mª L. y GALÁN DOMINGO, E. (1991), “Las estelas del Suroeste como hitos de vías ganaderas y rutas comerciales”, en Trabajos de Prehistoria, vol. 48, pp. 257-273.

RUIZ-GÁLVEZ, Mª L. y GALÁN DOMINGO, E. (2001), “Rutas ganaderas, transterminancia y caminos antiguos. El caso del Occidente peninsular entre el Calcolítico y la Edad del Hierro”, en Los rebaños de Gerión. Pastores y transhumancia en la Iberia antigua y medieval, edt. J. Gómez Pantoja, Colección Casa Velásquez, Madrid, pp. 263-278.

SENNA-MARTÍNEZ, J. C. (1987), “O povoamentoCalcolítico da Bacia do Medio e Alto Mondego”, en Origens, estruturas e relaçoes das Culturas Calcoliticas de Peninsula Ibérica, coord. M. Kunst, Trabalhos de Arqueología, vol. 7, pp. 83-100

SENNA-MARTÍNEZ, J. C.  (1997), “Territorio, ideología y cultura material en el Megalitismo de la Plataforma del Mondego (Centro de Portugal)”, en O Neolítico Atlántico e as orixes do megalitismo, Ed. U. de Santiago de Compostela, pp. 657-677.

José María Señorán Martín

José María Señorán Martín en la Ruta a la Necrópolis de la Dehesa Boyal de Montehermoso


Enlaces relacionados

Las huellas del pasado en la dehesa boyal de Montehermoso

Ruta a la necrópolis megalítica de la dehesa boyal de Montehermoso

Álbum de fotos de la ruta a la necrópolis megalítica de la dehesa boyal de Montehermoso

lunes, 8 de septiembre de 2014

Setas en la dehesa boyal de Montehermoso

Barbuda (Coprinus comatus)
Fotografía: J.J. Sánchez

A pesar de su corta vida las setas tienen una gran importancia ecológica en el ciclo natural de la dehesa por su aportación al reciclado de la materia viva, descomponiéndola y aportando nutrientes al suelo en una simbiosis perfecta con el medio natural.

En la década de los 80 se produce un incremento importante en la recogida de setas en la dehesa boyal de Montehermoso debido a su explotación comercial, lo que produce que cientos de personas se dedicaran a su recogida (en algunas ocasiones salían camiones y tractores cargados con cajas de setas).

El problema fue el no saber gestionar este recurso ya que en muchas ocasiones la mayoría de las setas se recogía de manera inadecuada, lo que favoreció que desaparecieran muchos ejemplares. Aun así, y gracias a que la gente está cada vez más concienciada, se pueden observar muchas especies de setas a largo del año en la dehesa boyal de Montehermoso entre pastizales, jaras, robles, alcornoques y encinares. 


Setas comestibles

Agárico del litoral (Agaricus bisporus), Agaricus litoralis (Agaricus maskae), Amanita de pie corto, Gurumelo chico (Amanita curtipes), Amanita estrangulada (Amanita ceciliae, Amanita strangulata, Amanita  inaurata), PREVIA COCCIÓN, Apagador menor (Macrolepiota rhacodes), Barbuda (Coprinus comatus), Bola de nieve (Agaricus arvensis), Boleto amarillento (Boletus impolutus), Boleto fragante (Boletus fragans), Boleto lindo, Faisán (Leccinellum lepidum, Krombholziella lepida, Boletus lepidus), Boleto negro, Hongo negro (Boletus aereus), Boleto pulverulento (Boletus pulverulentus), Cabeza de fraile, Platera (Clytocibe geotropa), Champiñón silvestre (Agaricus campestris), Criadilla de tierra (Terfezia arenaria), Criadilla jarera (Choiromyces magnusii), Cucumela, Amanita enfundada (Amanita Vaginata), CON PRECAUCIÓN, Gallipierno (Macrolepiota phaeodisca), Gurumelo (Amanita ponderosa), Higróforo niveo (Camarophyllus niveus), Lengua de Buey, Hígado de vaca (Fistulina hepática), Lengua de gato (Hydnum Rufescens), COMESTIBLE EJEMPLARES JOVENES, Molinera, Mojardón (Clitopilus prunulus), Níscalo (Lactarius deliciosus), Oronja, Amanita de los cesares (Amanita caesarea), Palometa (Russula virescens), Parasol, Galipierno (Macrolepiota procera), Pie azul (Lepista nuda), Platera menor, (Clitocybe gibba, C. infundibiliformis), COMESTIBLE CON PRECAUCIÓN, Platera, Clitocibe gigante (Clitocybe geotyropa var. Máxima, Agaricus geotropus), Seta de cardo (Pleyrotus eringii).


Setas no comestibles o sin interés culinario

Abanicos de la madera (Crepidotus variabilis), Armillaria sin anillo (Armillaria tabescens), Bejín liláceo (Calvatia cyathiformis), Bejin plomizo (Bovista plumbea), Boleto cuarteado (Xerocomus Chrysenteron), Boleto de las jaras (Leccinum corsicum), Boleto multicolor (Xerocomus Rubellus), Boletus permagnificus, Coprino blanquinegro (Coprinus picaceus), Cortinario elevado (Cortinarius elatior), Cortinario trivial, Cortinario viscoso (Cortinarius trivialis), Costra de muelas (Cerocorticium molare), Cuesco de lobo, Pedo de lobo o de zorra (Lycoperdon perlatum), Escleroderma amarilla (Scleroderma meridionale), Estero hirsuto (Stereum hirsutum), Estrella de tierra (Astraeus hygrometricus), Falo hediondo (Phallus impudicus),  Falso níscalo de la encina (Lactarius chrysorrheus), Higróforo blanco maloliente (Hygrophorus cossus), Lactario anaranjado (Lactarius rugatus), Lactario blanco aterciopelado (Lactarius vellereus), Lactario de las jaras (Lactarius tesquorum),  Lactario violeta de la jara (Lactarius cistophilus), Micena de pie rojo (Mycena Haematopus), Micena estriada (Mycena polygramma), Oreja de gato (Hevella lacunosa), Oreja de Judas, Seta gelatinosa (Auricularia auricula-judae), Pano aterciopelado (Panus rudis),  Peziza anaranjada (Aleuria arantia), Pisolito tintóreo (Pisolithus arhizus), Poliporo bienal (Abortiporus Biennis), Poliporo de color cinabrio, Yesquero bermellón (Pycnoporus cinnabarinus, Trametes cinnabarinus), Poliporo duradero (Coltricia perennis),  Poliporo gigante (Meripilus polyporus), Polyporus alveolarius (Polyporus arcularius), Rúsula blanca (Russula delica), Rúsula crústacea (Russula amoenolens), Seta aspirina (Marasmius androsaceus), Seta de pipa, Poliporo lacado (Ganoderma lucidum), Seta del nido del estiércol (Cyathus stercoreus), Teléfora terrestre (Thelephora terrestres), Tremela mesentérica, Seta gelatinosa (Tremella mesenterica),  Tricoloma de olor a jabón (Tricholoma saponaceum), Tulostoma fimbriado (Tulostoma fimbriatum), Yesquero aplanado (Ganoderma applanatum), Yesquero con borde violáceo (Trichaptum fusco-violaceum), Yesquero multicolor (Trametes versicolor), Yesquero, Casco de caballo (Fomes fomentarius).


Setas tóxicas

Falsa oronja, Matamoscas (Amanita muscaria), Gymnopilus suberis, Hifoloma de color ladrillo (Hypholoma sublateritium), Inocibe geophylla, Inocybe fastigiata, Lepiota mortal  (Lepiota helvola), Paneolo alucinógeno (Panaeolus sphinctrinus, Panaeolus campanaletus), Perfido, Seta engañosa (Entoloma lividum), Psilocybe  de excrementos (Psilocybe merdaria).


Setas muy tóxicas

Amanita panterIna (Amanita pantherina), Champiñón amarilleante (Agaricus xanthodermus), Champiñón de bosque (Agaricus sylvicola), Clitocibe dealbata, Oronja blanca mortal (Amanita verna), Oronja verde (Amanita phalloides), Oronja vinosa (Amanita rubescens), Seta del olivo (Omphalotus olearius).


RECOMENDACIONES:

Hay que tener mucho cuidado y recordar que ante la duda que tengamos de las especies recolectadas, no hay que consumirlas para evitar riesgos innecesarios.

IMPORTANTE: ANTE CUALQUIER EMERGENCIA LLAMAR AL CENTRO DE SALUD O AL HOSPITAL MÁS PRÓXIMO. TAMBIÉN SE RECOMIENDA LLAMAR AL INSTITUTO NACIONAL DE TOXICOLOGÍA: 915620420.


Enlaces relacionados: Consejos para la recogida de setas

Fotografía: J.J. Sánchez

Paraje Natural y cuevas graníticas de Las Potras. Espacios Naturales Protegidos de Montehermoso

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Flora y Fauna de Montehermoso

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Parque Periurbano de Conservación y Ocio “Dehesa Boyal de Montehermoso”

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Conjunto megalítico en Montehermoso

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